miércoles, 27 de junio de 2012

Noexisteuntítulo.




Algún día
habrá algo más que el día.

Boris Vian

Estación de autobuses de Gotemburgo, junio de 2012.



Debe existir un nombre para llamar
a la tristeza que aún no conocemos
y que no hace ruido
y ni siquiera nos ha quebrado el corazón.

Algo habrá que nos diga
hasta qué punto no estamos solos
en la cama,
de madrugada,
o que nos advierta del miedo
en las calles
del escalón que no vemos
de la amenaza de tormenta.

Algo debe haber,
sí,
estoy segura,
algo debe existir
entre las lágrimas y el alfabeto.


Rocío.

miércoles, 6 de junio de 2012

Bradicardia.



Porque vas por ahí provocando fallos cardíacos.


Ilustración extraída de aquí


Está científicamente comprobado que cuando te enamoras se produce un descenso del ritmo cardíaco. Se bombea menos sangre, se tienen menos pulsaciones por minuto y hay una especie de laxitud en el organismo.

Dos personas se miran con sus cuatro ojos, sus cuatros manos y sus dos pares de labios. Dos personas llegan y se abrazan, se conocen y se desconocen una y otra vez en cuestión de milisegundos. Dos personas llegan, invaden la tierra e inauguran el mundo que pisan. Dos personas y su número finito de huesos y músculos. 

Dos personas y la βραδυκαρδία, en griego, que las advierte de la presencia de un eterno corazón lento.


Rocío.